Vie. Abr 19th, 2024

Seguro que habrás leído y escuchado cientos de historias de lo que la pandemia ha estado causando en el planeta, habrás visto videos de las aguas en Venecia, mucho más claras, animales en las calles solitarias, y noticias de una enorme disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Y es que, la creencia común afirma que COVID-19 está teniendo un efecto positivo en el medio ambiente.

Dudas

Si bien la fuerte disminución de la actividad económica se traduce de hecho en una disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, no hay duda de que se trata de una tendencia a corto plazo.

Los líderes de la UE señalaron recientemente la importancia de combinar el crecimiento sostenible con la recuperación económica, pero ahora es el momento de poner en práctica estas palabras.

A medida que los países de todo el mundo implementan medidas de confinamiento social en un intento por frenar los contagios, muchos expresan en las redes los cambios que han visto hasta en sus propios vecindarios.

La contaminación del aire ha bajado notablemente.  El norte de Italia experimentó una clara disminución de sus concentraciones de dióxido de nitrógeno, como lo destaca la ESA, y lo mismo puede decirse de otras ciudades europeas.

El regreso del aire limpio es ciertamente bienvenido. Sin embargo, no debemos apresurarnos a sacar conclusiones; hay pocas razones para creer que este cambio es permanente.

No será permanente

En primer lugar, es casi seguro que la actividad humana se recupere. A medida que las autoridades eventualmente alivien las restricciones de confinamiento, muchos estarán ansiosos por volver a la normalidad.

Igual se reanudarán los viajes internacionales, las personas están ansiosas de volver a viajar. El resultado será inevitablemente un aumento de las emisiones de sus niveles actuales.

Además, el cierre de la economía y la devastación que causa pueden llevar a muchos a creer que la transición a una economía de cero emisiones de carbono y la pérdida de empleos esperada hacen que la acción climática sea indeseable.

En segundo lugar, los estímulos económicos dirigidos por el gobierno van en la dirección equivocada. La brusca interrupción en la producción de riqueza debido al confinamiento creando una recesión mundial firmemente en el horizonte.

Las medidas actuales carecen de un camino eficaz hacia una mayor sostenibilidad, inclusión y desarrollo de la economía circular, no será fácil volver a los negocios y trabajos como los habíamos conocido.  Esta pandemia ha hecho que se retrocedan hasta décadas.

Las grandes empresas han sufrido mucho, y es de esperar que las pequeñas empresas, y mucho más las familiares, como las de tu cerrajero Barcelona, estén enfrentando una crisis económica enorme.

En tercer lugar, el cambio climático probablemente se convertirá en una prioridad menor. Mientras los gobiernos se esfuerzan por limitar la propagación del virus y priorizar la calidad de la atención para los necesitados, todas las políticas no relacionadas con el impacto inmediato del contagio se han suspendido con razón. El próximo desafío será cómo reiniciar nuestra sociedad y asegurarse de que los más afectados puedan recuperarse.

La actividad humana eventualmente se recuperará y, será un buen momento para reflexionar sobre el rumbo que queremos tomar una vez superada esta crisis, cuyas consecuencias sin duda se sentirán en las generaciones venideras.

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